Diagnóstico del catalizador
La diagnosis del catalizador es de extrema importancia para el correcto funcionamiento del mismo y debe realizarse periódicamente, tanto durante la vida útil como en el momento de su sustitución. Los catalizadores son componentes de una elevada duración y normalmente tienen una vida superior a los
El usuario de un vehículo equipado con catalizador debe respetar una premisas básicas para mantener el convertidor catalítico en perfecto estado de uso y prolongar la vida hasta el kilometraje máximo para el que ha sido diseñado. Estas premisas son:
1. No utilizar nunca gasolina con plomo, ya que incluso pequeñas cantidades de este elemento son suficientes para dañar el catalizador.
2. Comprobar el consumo de aceite del motor que no debe ser superior a un litro cada mil kilómetros. Si se supera este consumo, se podrían dañar seriamente las características catalíticas del convertidor.
Es de vital importancia, cuando un catalizador presenta un fallo prematuro, determinar cual ha sido la causa que ha provocado su deterioro ya que, en cada casi de no ser corregida, el nuevo catalizador puede verse afectado por el mismo problema en un corto intervalo de tiempo. Cuando un catalizador no cumple su función anticontaminante y los kilómetros recorridos por el vehículo no indican que pueda haber finalizado su vida útil, se debe a una o varias de las siguientes causas:
1. Envenenamiento por plomo
2. Obstrucción por materias extrañas
3. Rotura por impactos
4. Fusión del monolito
1. Envenenamiento por plomo:
El plomo contenido en las gasolinas así como el presente en algunos aditivos que con frecuencia los usuarios añaden a los combustibles, dañan seriamente el convertidor catalítico, llegando a inutilizarlo por completo. El envenenamiento por plomo es un proceso estrictamente químico: el plomo se combina con los metales preciosos que contienen el catalizador en su interior anulando su capacidad para acelerar las reacciones químicas. El consumo de un depósito completo de gasolina con plomo, puede reducir seriamente la efectividad del catalizador, pero es recuperable al menos parcialmente. Dos o tres depósitos inutilizaran el catalizador completamente.
El catalizador una vez envenenado por plomo, no realiza su función anticontaminante, aunque el comportamiento del motor no se ve alterado en absoluto (al menos inicialmente) a no se que la sonda lambda haya resultado también dañada, ya que algunas de ellas, al igual que el catalizador, son sensibles al plomo. En este caso, el funcionamiento del motor será irregular y el ralentí inestable debido a la falta de regulación de la sonda.
El plomo en el escape puede ser detectado mediante el uso de un papel tratado químicamente que se ponga en contacto con los depósitos acumulados en el catalizador o las tuberías de escape. Este papel, conocido como papel tornasol, indica la presencia de plomo cambiando de color.
3. Rotura por impactos:
Normalmente los catalizadores están protegidos externamente por protectores metálicos y aislantes que evitan la rotura de la cerámica interna en el caso de impactos con piedras o otros objetos contundentes que puedan colisionar con los bajos del vehiculo cuando este se encuentra en circulación.
4. Fusión del monolito:
Hay muchos factores en el vehículo que pueden afectar a las prestaciones del convertidor catalítico, pero la fusión del monolito tiene su origen exclusivamente en su funcionamiento inadecuado del motor que permita el paso de combustible sin quemar al catalizador. El daño provocado puede ir desde una pequeña perdida de efectividad hasta la total fusión del monolito cerámico.
Los problemas de encendido suelen ser la principal causa del paso de combustible sin quemar hacia el escape. Bujías en mal estado, distribuidor defectuoso o cables de encendido cortados, producen combustiones incompletas con elevados niveles de hidrocarburos en el gas de escape. Cuando estos hidrocarburos alcanzan el catalizador, dada la elevada temperatura a la que se encuentra (1000º C), se queman en su interior elevando la temperatura de la cerámica hasta niveles que pueden superar el punto de fusión del monolito cerámico (aprox.
También los funcionamientos prolongados del motor con mezcla muy rica o muy pobre provocan una elevación anormal de la temperatura interna del catalizador, pudiendo llegar a provocar su fusión.