El Catalizador

                    En el mundo de la química se conoce como catalizador a aquellas sustancias que, al estar presentes en una reacción química, la aceleran sin intervenir en ella. Es decir, los catalizadores provocan que las reacciones se desarrollen con mayor velocidad, pero al finalizar las mismas, no se han combinado con los reaccionantes y pueden ser utilizados de nuevo.

 

                En el automóvil el catalizador (también denominado convertidor catalítico) es un dispositivo que se encuentra situado en el sistema de escape del vehiculo muy próximo al colector de escape del motor para mantener una elevada temperatura. Su misión es eliminar los gases contaminantes que produce la combustión incompleta de la gasolina, transformándolos en sustancias inocuas. 

                En realidad el nombre de catalizador es poco acertado y seria mas adecuado denominarlo convertidor catalítico, ya que el catalizador es realmente el conjunto de metales preciosos que se encuentran en el interior del convertidor y cuya función es acelerar las reacciones químicas que permiten la eliminación de los contaminantes.

            

                  Componentes del catalizador         

 

                Para que las reacciones químicas necesarias para la eliminación de los contaminantes tengan lugar con la suficiente efectividad y rapidez, es imprescindible que el gas de escape entre en contacto con los metales preciosos encargados de acelerar las reacciones químicas y permanezca el tiempo suficiente para que la reacción se complete. Con el fin de lograr este objetivo, el gas debe ser canalizado a través de conductos muy finos de forma que, prácticamente todas las moléculas de los gases, entren en contacto con los metales preciosos. Esta laminación del flujo se consigue gracias a un elemento denominado sustrato o soporte que puede ser de dos tipos: cerámico o metálico.


                Sustrato cerámico: Es conocido habitualmente por el nombre de “monolito cerámico”. Se obtiene mediante la extrusión de cordienta (silicato de aluminio-magnesio) cuando se encuentra en estado plástico, formando una estructura de panal de abeja con 400 celdas por pulgada cuadrada y un espesor de pared de 15 centésimas de milímetro. Dado el pequeño espesor de las paredes, la superficie frontal que permanece libre para el paso de gas de escape es superior al 70%, generando por tanto una contrapresión muy baja. Este es el sustrato utilizado en la mayoría de los catalizadores.

 

                Sustrato metálico: Está formado por una hoja de acero inoxidable de 1 centésima de mililitro de espesor enrollada en espiral formando, al igual que en el monolito cerámico, una estructura de panal de abeja de 400 celdas por pulgada cuadrada. Las ventajas de este tipo de sustrato son principalmente dos: la menor contrapresión que genera al motor, ya que el espesor de pared es inferior y la superficie frontal libre para el paso del gas de escape es mayor del 80%  y su mayor resistencia a la alta temperatura. Por el contrario, tiene el inconveniente de su elevado precio. Normalmente este tipo de sustrato se utiliza en catalizadores de pequeñas dimensiones o en precatalizadores que, por encontrarse muy cerca del colector de escape, se encuentran sometidos a temperaturas extremadamente altas.

 

 

                El sustrato (tanto cerámico como metálico) por si solo, no posee suficiente superficie libre útil como para permitir un contacto adecuado del gas con los metales preciosos. Por otro lado, es necesario algún tipo de medio que permita adherir dichos metales al sustrato. Esta es la doble finalidad que cumple la capa intermedia denominada “washcoat” (su componente principal es la alumina), llegando a incrementar la superficie útil del sustrato en mas de 100 veces.

 

                Existe una gran variedad de washcoat en función del tipo y proporción de metales preciosos que se pretenden adherir al mismo y del proceso de fabricación utilizado para realizar dicho washcoat. Su composición química influye de manera muy notable en la efectividad del catalizador, su resistencia a la alta temperatura y la durabilidad final del conjunto.

 

                En el caso de los catalizadores cerámicos, existe un elemento intermedio entre el monolito y el cuerpo metálico exterior cuya función es fijar la ceramica a la carcasa, absorbiendo las diferencias de dilatación entre ambos elementos ya que, al elevarse la temperatura, el acero el cuerpo del catalizador se dilata mientras que la ceramica prácticamente no sufre ninguna variación dimensional, incrementandose progresivamente el espacio existente entre el cuerpo metalico y el monolito ceramico paralelamente al aumento de temperatura. Básicamente existen dos soluciones a este problema: utilizar una malla metalica de acero inoxidable o una fibra ceramica denominada “manta expandible”. Ambos procedimientos tienen sus ventajas e inconvenientes.

 

                Malla metalica:  la contruccion del catalizador con este elemento intermedio resulta muy sencilla y de bajo coste. El inconveniente principal radica en la baja capacidad de dilatación de la malla de acero cuando ha sufrido muchos ciclos calentamiento-enfriamiento, debido a la fatiga termica del material. Este problema se agrava cuadno las secciones de los monolitos no son circulares, ya que las dilataciones en este caso son asimetricas.

 

                Adicionalmente existe otro inconveniente que puede reducir la efectividad de un catalizador diseñado con este tipo de sistema de fijación: la falta de estanqueidad de la malla metalica que puede permitir la existencia de un bypass de gas sin catalizar entre el monolito cerámico y la carcasa metálica exterior.

 

                Manta expandible: este tipo de montaje requiere unos diseños dimensionales muy precisos del cuerpo metálico exterior. La capacidad de este elemento intermedio de aumentar su espesor con la temperatura es mucho mayor que en la malla metálica, absorbiendo con menos dificultad las diferencias de dilatación entre el acero y la cerámica. Además realiza la función de aislante térmico, manteniendo el monolito a una temperatura mayor y mejorando de esta forma la efectividad del catalizador.

 

                El principal inconveniente de la manta expandible es la gran facilidad con que se disgregan sus fibras cuando la densidad de la misma disminuye, pudiendo llegar a erosionarse con facilidad si los gases de escape inciden directamente sobre su superficie.

 

 

                Cuerpo metálico exterior: esta realizado en acero inoxidable para asegurar unas buenas características mecánicas a alta temperatura y una elevada resistencia a la corrosión. Suele presentar unos pronunciados nervios con el fin de dar rigidez al conjunto y evitar las deformaciones no deseadas que se podrían producir durante el funcionamiento continuado a elevada temperatura así como por los cambios bruscos de temperatura.

 

               

                Además de estos componentes principales, el catalizador puede utilizar otros elementos secundarios como son: anillos de protección para la manta expandible, dobles carcasas, fibras cerámicas aislantes, protectores para impactos, etc. Estos componentes son parte del propio diseño del convertidor catalítico y su existencia o no depende de consideraciones específicas de cada fabricante.

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